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jueves, 27 de diciembre de 2012



DISCAPACIDAD MOTRIZ



Cuando hablamos de Discapacidad Motriz debemos entender a esta como la dificultad que presenta una persona en el manejo y control de su cuerpo y que por sus características requiere de la implementación de diversas adecuaciones para que pueda desenvolverse en los diversos contextos en los que participa. Se considera una persona con Discapacidad Motora cuando por diversas causas (físico-muscular, nervios motores y cerebro) ve afectada su habilidad en el control y manejo del movimiento, equilibrio, coordinación y postura de las diversas partes del cuerpo.


Es importante que entendamos que la Discapacidad Motriz no es una consideración que afecte el rendimiento intelectual de la persona.

Las dificultades que presenta una persona con Discapacidad Motriz pueden ser muy variadas dependiendo del momento de aparición, los grupos musculares afectados (topografía), el origen y el grado de afectación (ligera, moderada o grave).

Según el momento de aparición:

Antes del nacimiento o prenatal: Tal es el caso de malformaciones congénitas, mielomeningocele, luxación congénita de cadera, etc.
Perinatales: Cuando existe afectación (alteración o perdida) del control motriz por Enfermedad Motriz Cerebral (EMOC).
Después del nacimiento: Miopatías, como la distrofia muscular progresiva de Duchenne o la distrofia escapular, afecciones cráneo-cefálicas, traumatismos cráneo-encefálicos-vertebrales, tumores, etc.


Respuestas educativas:

Una vez evaluadas las necesidades y competencias de cada alumno por parte de todo el equipo de profesionales y de la familia, podremos determinar qué decisiones se deberán tomar en cuanto a la propuesta de objetivos funcionales, materiales, ritmos de trabajo, estrategias metodológicas y agrupamientos, modalidades de escolarización, así como estrategias curriculares y organizativas que hemos de tener en cuenta para dar una buena respuesta educativa.

 La respuesta educativa a estos alumnos y alumnas debe regirse por una serie de principios básicos:

a) Plantear objetivos útiles

Estos objetivos surgen de sus necesidades en cuanto a las características específicas de este alumnado. Habrá que evitar objetivos rígidos que no consideren las necesidades de cada persona en cada momento concreto.

b) Utilizar materiales facilitadores.

Para suplir los déficit motores se han de proporcionar de forma inmediata a cada niño o niña las ayudas técnicas o adaptaciones de materiales que se estimen oportunas.

c) Establecer ritmos de trabajo apropiados a las posibilidades de cada alumno
 y alumna.

Se ha de calibrar bien tanto el exceso como el defecto de ritmos de ejecución de tareas exigido al alumnado en función de sus habilidades.

d) Utilizar estrategias metodológicas adecuadas.

Responder a la diversidad de necesidades educativas de los alumnos y alumnas con discapacidad motora, estén situados en entornos ordinarios o especiales no es una tarea fácil. Es importante crear un entorno que optimice las condiciones de enseñanza aprendizaje de los mismos. Se proponen algunas estrategias metodológicas para su puesta en práctica.

Estrategias Metodológicas

• Reforzar los mensajes orales con gestos y signos.

• Proporcionarles enseñanza asistida para la señalización, manipulación, escritura, etc. y
 retirar progresivamente la ayuda.

• Realizar espera estructurada (intervalo de tiempo prefijado antes de insistirle o ayudarle).

• Comenzar la evaluación con una tarea en la que esté asegurado el éxito. Ello le aportará
 seguridad y confianza para continuar.

• Enseñar al niño a conocer los indicadores de su estado de salud (vómitos o dolores de
 cabeza por mal funcionamiento de válvulas cerebrales, ...) así como estrategias para
 prevenir y avisar.

• Emplear el modelado para adquirir determinadas habilidades y hacer uso de distintas
 técnicas de inhibición de reflejos, en caso de problemas neurológicos.

• Situar a los niños con movimientos incontrolados en un entorno sin demasiados riesgos
 de tirar cosas o dañarse, evitando la frustración que supone.

• Los refuerzos sociales positivos afianzan el aprendizaje y mejoran la confianza en sí
 mismo.

• Combinar tareas más arduas con situaciones de diversión y distensión, que motiven el
 aprendizaje.

• Controlar los periodos de rendimiento para las distintas tareas, teniendo en cuenta que
 necesitan más descanso.

• Encargar pequeñas tareas que impliquen responsabilidad, necesiten desplazamientos y
 fomenten la autonomía (repartir avisos en el centro, ir al kiosco a comprar algo, encender
 la luz, etc).

• Huir de la equivalencia “desplazarse = andar”. Es válida cualquier forma de
 desplazamiento siempre que no sea contraproducente y facilite la interacción.

• Debemos trabajar en estrecha colaboración con el personal rehabilitador que nos
 orientará sobre lo que el niño o niña puede hacer en función del momento evolutivo.

• Valoración del niño o la niña como persona dejando su discapacidad en un segundo
 plano.

• La constancia en el ritmo de rutinas, ayuda al escolar a anticipar situaciones y a
 estructurar temporalmente su mundo.

• Expresividad corporal y lingüística, sobre todo en niños o niñas con graves afectaciones.

• Plantear las actividades de forma lúdica, como un juego, en el que la relación/interacción profesor/alumno se impregne de un tono divertido. En definitiva el aburrimiento es
 incompatible con el trabajo.


Las necesidades educativas que pueden presentar los niños con discapacidad motriz son:

Desplazamiento al centro

Una de las situaciones problemáticas del alumno con deficiencia motórica se da en aquellos alumnos que no son autónomos en sus desplazamientos y que van generalmente en silla de ruedas. Para realizar su traslado al centro con comodidad y seguridad tienen la necesidad de un transporte adaptado o de una persona que conduzca la silla. No es frecuente encontrarnos con transporte escolar ordinario que esté adaptado a las necesidades especiales que presenta el alumno con deficiencia motórica, por lo que es frecuente acudir, ante estas necesidades, a otras soluciones como el euro-taxi, los servicios sociales municipales o servicios de Cruz Roja.


Acceso al centro y la utilización de sus dependencias

Desde el momento en que el alumno con discapacidad motórica acude al centro educativo surge la necesidad de que no existan barreras arquitectónicas en la edificación. Se entiende como tales barreras las que se encuentran en el colegio: escalones, peldaños, pasillos y puertas estrechas, ascensores reducidos, servicios de pequeñas dimensiones o no adaptados...

 Es preciso resaltar la importancia que supone el facilitar al niño con algún tipo de problemática motora el acceso al centro educativo.

 Esta importancia incide de lleno en la propia intervención educativa ya que, de no cumplirse este primer requisito, el alumno no podrá acceder a las distintas dependencias del centro, ni por supuesto al propio centro.

Es fundamental percatarnos de estas necesidades y eliminar las barreras arquitectónicas que, aunque sólo sean necesidades para algunos niños, pueden suponer una mejora para el resto. De hecho, existe ya un marco legal que ampara la construcción de los nuevos centros escolares sin barreras arquitectónicas. En muchos de los centros ya existentes donde se han ido integrando alumnos con discapacidad motórica han vivido la necesidad de la supresión de dichas barreras.


Mobiliario adaptado

Una vez que el centro educativo está exento de barreras arquitectónicas y el alumno puede movilizarse por sí mismo, independientemente de la ayuda técnica que necesite en sus desplazamientos, se deben analizar los problemas que puede tener el alumno para permanecer en clase. De aquí surgirá la necesidad de adaptar mobiliario escolar adecuado para cada alumno, ya que no sirven modelos estándar. Hay que estudiar las necesidades de cada alumno a nivel individual.

La primera necesidad en el aula de un niño sin desplazamiento autónomo es realizar el trasvase de la silleta de ruedas a una silla escolar adaptada. No es aconsejable que permanezca en el aula en la misma silleta de transporte porque la postura en ella no suele permitir una buena interacción con el profesor, compañeros y material escolar. Con la silla adaptada facilitamos la labor integradora. Las distintas adaptaciones de sillas y mesas, así como la necesidad del equipamiento de aparataje en las sesiones de rehabilitación, serán valoradas y orientadas por el fisioterapeuta.


Material didáctico

Vistas las necesidades de accesibilidad y adecuadamente sentado el alumno en el aula, el siguiente paso es determinar las posibilidades en el “uso de las manos”. Debido a la lesión, la actividad voluntaria de “coger” se ve enlentecida o dificultada. De aquí surge la necesidad de adaptar los diferentes tipos de material didáctico.


 En la necesidad de usar material didáctico adaptado en la manipulación nos encontramos con alumnos que no utilizan nada sus miembros superiores, los que dirigen la mano a los objetos pero no pueden cogerlos, los que pueden cogerlos pero no pueden soltarlos y los que pueden coger los objetos pero con un pinza atípica.


Personal especializado

El niño con discapacidad motórica tiene la necesidad de un personal especializado además del profesor tutor:
-        Un fisioterapeuta que se responsabilice de la rehabilitación física y que oriente a todo el equipo sobre el manejo del alumno, pautas posturales, pautas de desplazamiento, utilización de prótesis y adaptaciones de mobiliario y material didáctico.

-        Un logopeda, necesario en aquellos casos que la lesión cerebral afecte a los órganos fonoarticulatorios.

-        Un auxiliar educativo cuya función primordial será ayudar y suplir al niño en las necesidades básicas que no puede realizar por sí mismo: higiene personal, funciones de eliminación, alimentos y vestido y desvestido.

-        Un profesor de pedagogía terapéutica para aquellos niños que necesitan una enseñanza individual o en pequeño grupo, bien a la hora de seguir el currículo del aula o un currículo adaptado.


Adaptaciones curriculares

Dentro del concepto de necesidad educativa especial que hemos planteado al principio del capítulo, como tipo de ayudas extraordinarias que un alumno precisa para conseguir los objetivos de la educación, las adaptaciones curriculares son ayudas que necesitan algunos alumnos con parálisis cerebral.

Motivación

De los resultados de la evaluación del ámbito socio-afectivo se tendrá información sobre sus intereses, refuerzos preferidos, percepción de sí mismos, nivel de seguridad en las tareas, nivel motivacional... Se constata frecuentemente la necesidad que tienen estos alumnos de un refuerzo en su motivación para el trabajo escolar.


Interacciones sociales

Debido a las limitaciones motrices y otros factores ambientales, las interacciones sociales con el grupo de iguales se ven disminuidas prioritariamente en actividades y juegos de patio. Es clara la necesidad de planificar estrategias para que estas interacciones se  normalicen.


Exploración del entorno

El número y la cantidad de experiencias en la exploración del entorno son limitadas por haber tenido menos oportunidades para desplazarse y comunicarse. La carencia de estas experiencias dificulta la construcción de determinados conceptos básicos. El niño tiene necesidad de que las experiencias le sean facilitadas en todo momento, por lo tanto hay que planificar situaciones y estrategias que suplan esas carencias.




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