DISCAPACIDAD MOTRIZ
Cuando hablamos de Discapacidad Motriz debemos entender a
esta como la dificultad que presenta una persona en el manejo y control de su
cuerpo y que por sus características requiere de la implementación de diversas
adecuaciones para que pueda desenvolverse en los diversos contextos en los que
participa. Se considera una persona con Discapacidad Motora cuando por diversas
causas (físico-muscular, nervios motores y cerebro) ve afectada su habilidad en
el control y manejo del movimiento, equilibrio, coordinación y postura de las
diversas partes del cuerpo.
Es importante que entendamos que la Discapacidad Motriz no
es una consideración que afecte el rendimiento intelectual de la persona.
Las dificultades que presenta una persona con Discapacidad
Motriz pueden ser muy variadas dependiendo del momento de aparición, los grupos
musculares afectados (topografía), el origen y el grado de afectación (ligera,
moderada o grave).
Según el momento de aparición:
• Antes
del nacimiento o prenatal: Tal es el caso de malformaciones
congénitas, mielomeningocele, luxación congénita de cadera, etc.
• Perinatales: Cuando
existe afectación (alteración o perdida) del control motriz por Enfermedad
Motriz Cerebral (EMOC).
• Después del
nacimiento: Miopatías, como la distrofia muscular progresiva de
Duchenne o la distrofia escapular, afecciones cráneo-cefálicas, traumatismos
cráneo-encefálicos-vertebrales, tumores, etc.
Respuestas educativas:
Una vez evaluadas las necesidades y competencias de cada
alumno por parte de todo el equipo de
profesionales y de la familia, podremos determinar
qué decisiones se deberán tomar en cuanto a la
propuesta de objetivos funcionales,
materiales, ritmos de trabajo, estrategias
metodológicas y agrupamientos, modalidades de
escolarización, así como estrategias
curriculares y organizativas que hemos de tener en cuenta para dar una buena respuesta educativa.
La respuesta
educativa a estos alumnos y alumnas debe regirse por una serie de principios básicos:
a) Plantear objetivos útiles
Estos objetivos surgen de sus necesidades en cuanto a las
características específicas de este
alumnado. Habrá que evitar objetivos rígidos que no consideren las
necesidades de cada persona en cada momento concreto.
b) Utilizar materiales facilitadores.
Para suplir los déficit motores se han de proporcionar de
forma inmediata a cada niño o niña las
ayudas técnicas o adaptaciones de materiales que se estimen oportunas.
c) Establecer ritmos de trabajo apropiados a las
posibilidades de cada alumno
y alumna.
Se ha de calibrar bien tanto el exceso como el defecto de
ritmos de ejecución de tareas exigido al
alumnado en función de sus habilidades.
d) Utilizar estrategias metodológicas adecuadas.
Responder a la diversidad de necesidades educativas de los
alumnos y alumnas con discapacidad
motora, estén situados en entornos ordinarios o especiales no es una tarea fácil.
Es importante crear un entorno que optimice las condiciones de enseñanza aprendizaje
de los mismos. Se proponen algunas estrategias metodológicas para su
puesta en práctica.
Estrategias Metodológicas
• Reforzar los mensajes orales con gestos y signos.
• Proporcionarles enseñanza asistida para la señalización,
manipulación, escritura, etc. y
retirar
progresivamente la ayuda.
• Realizar espera estructurada (intervalo de tiempo
prefijado antes de insistirle o ayudarle).
• Comenzar la evaluación con una tarea en la que esté
asegurado el éxito. Ello le aportará
seguridad y confianza
para continuar.
• Enseñar al niño a conocer los indicadores de su estado de
salud (vómitos o dolores de
cabeza por mal
funcionamiento de válvulas cerebrales, ...) así como estrategias para
prevenir y avisar.
• Emplear el modelado para adquirir determinadas habilidades
y hacer uso de distintas
técnicas de inhibición
de reflejos, en caso de problemas neurológicos.
• Situar a los niños con movimientos incontrolados en un
entorno sin demasiados riesgos
de tirar cosas o
dañarse, evitando la frustración que supone.
• Los refuerzos sociales positivos afianzan el aprendizaje y
mejoran la confianza en sí
mismo.
• Combinar tareas más arduas con situaciones de diversión y
distensión, que motiven el
aprendizaje.
• Controlar los periodos de rendimiento para las distintas
tareas, teniendo en cuenta que
necesitan más
descanso.
• Encargar pequeñas tareas que impliquen responsabilidad,
necesiten desplazamientos y
fomenten la autonomía
(repartir avisos en el centro, ir al kiosco a comprar algo, encender
la luz, etc).
• Huir de la equivalencia “desplazarse = andar”. Es válida
cualquier forma de
desplazamiento
siempre que no sea contraproducente y facilite la interacción.
• Debemos trabajar en estrecha colaboración con el personal
rehabilitador que nos
orientará sobre lo
que el niño o niña puede hacer en función del momento evolutivo.
• Valoración del niño o la niña como persona dejando su
discapacidad en un segundo
plano.
• La constancia en el ritmo de rutinas, ayuda al escolar a
anticipar situaciones y a
estructurar
temporalmente su mundo.
• Expresividad corporal y lingüística, sobre todo en niños o
niñas con graves afectaciones.
• Plantear las actividades de forma lúdica, como un juego,
en el que la relación/interacción profesor/alumno se impregne de un tono
divertido. En definitiva el aburrimiento es
incompatible con el
trabajo.
Las necesidades educativas que pueden presentar los niños
con discapacidad motriz son:
Desplazamiento al centro
Una de las situaciones problemáticas del alumno con
deficiencia motórica se da en
aquellos alumnos que no son autónomos en sus desplazamientos y que
van generalmente en silla de ruedas. Para realizar su traslado
al centro con comodidad y seguridad tienen la necesidad de un
transporte adaptado o de una persona que conduzca la silla. No
es frecuente encontrarnos con transporte escolar ordinario que esté adaptado a
las necesidades especiales que presenta el alumno
con deficiencia motórica, por lo que es frecuente acudir, ante estas
necesidades, a otras soluciones como el euro-taxi, los servicios sociales
municipales o servicios de Cruz Roja.
Acceso al centro y la utilización de sus dependencias
Desde el momento en que el alumno con discapacidad motórica acude al centro
educativo surge la necesidad de que no existan barreras
arquitectónicas en la edificación. Se entiende como tales barreras las que se encuentran en el colegio: escalones,
peldaños, pasillos y puertas
estrechas, ascensores reducidos, servicios de pequeñas dimensiones
o no adaptados...
Es preciso resaltar
la importancia que supone el facilitar al niño con algún tipo de
problemática motora el acceso al centro educativo.
Esta importancia
incide de lleno en la propia intervención educativa ya que, de no
cumplirse este primer requisito, el alumno no podrá acceder a las
distintas dependencias del centro, ni por supuesto al propio centro.
Es fundamental percatarnos de estas necesidades y eliminar
las barreras
arquitectónicas que, aunque sólo sean necesidades para algunos niños, pueden
suponer una mejora para el resto. De hecho, existe ya un marco
legal que ampara la construcción de los nuevos centros escolares sin
barreras arquitectónicas. En muchos de los centros ya existentes
donde se han ido integrando alumnos con discapacidad motórica
han vivido la necesidad de la supresión de dichas barreras.
Mobiliario adaptado
Una vez que el centro educativo está exento de barreras arquitectónicas y el
alumno puede movilizarse por sí mismo, independientemente de
la ayuda técnica que necesite en sus desplazamientos, se deben analizar los
problemas que puede tener el alumno para
permanecer en clase. De aquí surgirá la necesidad de adaptar mobiliario
escolar adecuado para cada alumno, ya que no sirven modelos
estándar. Hay que estudiar las necesidades de cada alumno a nivel
individual.
La primera necesidad en el aula de un niño sin desplazamiento
autónomo es realizar el trasvase de la silleta de ruedas a una silla
escolar adaptada. No es aconsejable que permanezca en el aula
en la misma silleta de transporte porque la postura en ella no
suele permitir una buena interacción con el profesor, compañeros y material
escolar. Con la silla adaptada facilitamos la labor
integradora. Las distintas adaptaciones de sillas y mesas, así como la
necesidad del equipamiento de aparataje en las sesiones de rehabilitación, serán valoradas y orientadas por
el fisioterapeuta.
Material didáctico
Vistas las necesidades de accesibilidad y adecuadamente
sentado el alumno en el aula,
el siguiente paso es determinar las posibilidades en el “uso de las
manos”. Debido a la lesión, la actividad
voluntaria de “coger” se ve enlentecida o dificultada. De aquí
surge la necesidad de adaptar los diferentes tipos de material
didáctico.
En la necesidad de
usar material didáctico adaptado en la manipulación nos encontramos con alumnos que no utilizan
nada sus miembros
superiores, los que dirigen la mano a los objetos pero no pueden cogerlos,
los que pueden cogerlos pero no pueden soltarlos y los que pueden coger los objetos pero con un
pinza atípica.
Personal especializado
El niño con discapacidad motórica tiene la necesidad de un personal
especializado además del profesor tutor:
-
Un fisioterapeuta que se responsabilice de la
rehabilitación física y que oriente
a todo el equipo sobre el manejo del alumno, pautas posturales,
pautas de desplazamiento, utilización de prótesis y
adaptaciones de mobiliario y material didáctico.
-
Un logopeda, necesario en aquellos casos que la
lesión cerebral afecte a los órganos
fonoarticulatorios.
-
Un auxiliar educativo cuya función primordial
será ayudar y suplir al niño en las
necesidades básicas que no puede realizar por sí mismo: higiene
personal, funciones de eliminación, alimentos y vestido y
desvestido.
-
Un profesor de pedagogía terapéutica para
aquellos niños que necesitan una
enseñanza individual o en pequeño grupo, bien a la hora de seguir el
currículo del aula o un currículo adaptado.
Adaptaciones curriculares
Dentro del concepto de necesidad educativa especial que
hemos planteado al
principio del capítulo, como tipo de ayudas extraordinarias que
un alumno precisa para conseguir los objetivos de la educación, las
adaptaciones curriculares son ayudas que necesitan algunos
alumnos con parálisis cerebral.
Motivación
De los resultados de la evaluación del ámbito socio-afectivo
se tendrá información
sobre sus intereses, refuerzos preferidos, percepción de sí
mismos, nivel de seguridad en las tareas, nivel motivacional... Se constata
frecuentemente la necesidad que tienen estos alumnos de un
refuerzo en su motivación para el trabajo escolar.
Interacciones sociales
Debido a las limitaciones motrices y otros factores
ambientales, las interacciones
sociales con el grupo de iguales se ven disminuidas prioritariamente en
actividades y juegos de patio. Es clara la necesidad de planificar estrategias para que estas
interacciones se normalicen.
Exploración del entorno
El número y la cantidad de experiencias en la exploración del
entorno son limitadas por haber tenido menos oportunidades para
desplazarse y comunicarse. La carencia de estas experiencias
dificulta la construcción de determinados conceptos básicos. El niño
tiene necesidad de que las experiencias le sean facilitadas en todo
momento, por lo tanto hay que planificar situaciones y
estrategias que suplan esas carencias.
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